Freud, al desvelar el mecanismo del sueño, al interpretarlo, demostró que éste constituía el perfecto revelador de las tendencias y de los deseos más secretos del hombre. Se sabe ahora que no existe sueño gratuito, que por el simple hecho de soñar el hombre cambia su destino aun cuando ese cambio sea imperceptible. Despierto, el hombre aprehende del mundo lo que su razón y sus sentidos le han querido dejar percibir, vale decir, una ínfima parte de lo que realmente es; en el sueño, los objetos, los sentimientos, las relaciones mas audaces se tornan lícitas, familiares. Descenso al corazón de sí mismo, al corazón de las cosas.
Esto es válido en tanto para las colectividades como para los individuos. Si el sueño es la expresión del deseo, si la explicación del uno puede preludiar , en cierta medida, la realización del otro, el mayor deseo colectivo es la revolución. G.C. Lichtenberg lamentaba que la historia se copusiera únicamente del relato de los hombres despiertos. Cuando, una noche, todos los explotados sueñen que es preciso terminar y cómo terminar con el sistema tiránico que los gobierna, entonces, tal vez, la aurora surgirá en todo el mundo sobre las barricadas."Jean Schuster
Le Libertaire, 26/10/1951

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