No engalano esta obra con frases elocuentes, ni palabras pomposas, ni esos primores de estilo que muchos emplean para avalorar sus escritos, pues he querido que, o no tenga mérito alguno, o la hagan grata la variedad de la materia y la gravedad del asunto. No quisiera que se juzgue con presunción en hombre de humilde estado atreverse a dar reglas de conducta al gobierno de los príncipes; por que así como los pintores de paisajes desde la llanura pintan las montañas y desde los montes los sitios bajos, de igual modo para comprender la índole del pueblo es necesario ser príncipe y para conocer la de los príncipes conviene ser del pueblo.
[...] "
En cuantas cosas coincido y en cuantas discierno con usted Maquiavelo, pero más allá de esas similitudes y diferencias que tenga con su pensamiento no dejo de admirar su labia y su capacidad de conviccion al expresarse. Lo felicito por tener el talento de perdurar en una obra que abre debate aún luego de siglos de su producción y por reflejar en ella tantas problemáticas y tantas situaciones que existen hoy, ayer y siempre: soborno, poder, etc.
No deja de sorprenderme el ser humano, que aún luego de llamarse CIVILAZADO, CULTO , no peude desprenderse de su naturaleza y volverse esclav de ella y cer siempre en los mismos y tradicionales errores.
Princesa Bernhardt
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